Discusión
Esta es la historia de
Dross. Dross es EL escritor. Es el creador de todo nuestro universo. Es un
escritor caprichoso que inventa nuestras vidas, desgracias y futuro devenir. No
se permite lujos como la piedad o la compasión, las historias felices y sin
sufrimiento no venden libros. No le importamos una mierda.
Los textos de Tess apenas
tienen lectores, su discurso demasiado belicoso y monótono no encuentra acogida
en las ocupadas vidas de las personas. Se plantea cambiar el tono, incluso
tomarse un tiempo para descansar. Llama a un compañero de aventuras y le
propone unos días de desconexión en la montaña:
- ¿Qué pasa canalla? Oye te llamaba para proponerte una escapada
como las que solíamos hacer. Hace demasiado tiempo que no quedamos y… ¿sabes
qué? Me estoy arrepintiendo, tengo demasiadas cosas en la cabeza, quiero
terminar una historia que estoy escribiendo. Cambiamos la escapada por un ron,
¿te hace?
Tess cuelga el teléfono y,
con la mirada enredada en sus pensamientos distraídos coge un bolígrafo y
garabatea lo primero que le pasa por la cabeza en un papel del escritorio:
¿Y si Dross fuese real? Es
decir, ¿y si no fuese la metáfora que habíamos presentado en capítulos
anteriores? Creo que Dross tiene realmente el control sobre nuestras vidas y
acciones pasadas, presentes y futuras, él lee nuestros pensamientos e incluso
puede que… ¿¡los defina!? Tess suelta una carcajada en alto,
consciente de que se está tomando demasiado en serio su propia invención.
Pero lo cierto es que esto explicaría la sensación que todos hemos tenido
alguna vez, ese extraño sentimiento de contradicción entre algunas de nuestros
sueños y las ideas que ejecutamos en consciencia. Sería un serio atentado
contra el libre albedrío de todos nosotros.
El reloj del pasillo
interrumpe su meditación, recordándole que llega tarde a la cita con su amigo. Bueno,
no importa ya, le llamaré y me excusaré. Ahora no puedo irme. Además… ni
siquiera tengo reloj en el pasillo, ¿de dónde ha salido ese sonido? ¿Estás
intentando persuadirme? No me jodas Dross, ¿no tienes cojones para hablar cara
a cara?
Tess está confundido, quizás
sea demasiado ron por hoy. Se levanta del escritorio y se encamina hacia la
puerta, mejor irse a dormir. Al levantarse se tambalea y la habitación parece
dar vueltas. Que extraño, sólo recuerdo haber tomado una copa de ron. Definitivamente
ha bebido demasiado. Se aferra al escritorio para no caer al suelo. Odia perder
el control con el ron, porque le recuerda a los malos hábitos de su padre y no
quiere acabar así… La relación con mi padre no era tan mala, en realidad no
recuerdo un solo día en el que él y yo… Es necesario tomarse un
instante, respira hondo, entorna los ojos para concentrarse y escribe una nota
para recordarse a sí mismo: “No dejes que el alcohol te domine. Lucha por
el control de tu propia vida y no dejes nunca que te manipulen”. Estaba
pensando en que al igual que yo puedo perder el control sobre mi propia vida,
si es que lo he tenido alguna vez, mi propio creador, el señor Dross, podría
tener que rendir cuentas ante un escritor todopoderoso en su universo, Ulho. No
sería justo ni ético permitir este sometimiento absoluto de la voluntad de las
personas y dejar la vida de la humanidad en manos de un ser como Dross. Ulho
debería velar por el bienestar de los personajes a cargo de Dross, incluso
intervenir para coartar el maltrato de un déspota incontrolado.
Dross se siente exhausto y
decide tomarse un descanso. Lleva demasiado tiempo con este proyecto y está
empezando a perder el control sobre su propio personaje. Además, Tess no parece
tener mucho sentido, no está bien creado y muestra graves carencias para ser un
personaje coherente. Sin embargo, no todo el peso de la historia recae sobre
Tess. La relación entre Tess y Qùa es el verdadero punto central de la historia
de Dross. De hecho, los acontecimientos darán un giro inesperado cuando Qùa
asuma el verdadero protagonismo de la historia, una vez haya acabado con Tess.
Pero antes de eso conozcamos a Qùa, justo en el día en que conoció a Tess.
El oficio de Qùa es el de
escritora. Y como tal, inventa personajes, los sumerge en un universo propio y
cuenta su historia. Qùa se prepara una taza de leche bien caliente y vierte en
ella unas hojas de té negro, se sienta en su escritorio y comienza a escribir:
Queridos lectores, hoy
toca hablar de literatura. Hay autores sensacionalistas y paranoicos que van a
matar la literatura tal y como la conocemos. Hablo de Tess, un “escritor”
pésimo que ha engañado a todos sus lectores.