miércoles, 10 de enero de 2018

Zynko (cap. 4)

Discusión
 
Esta es la historia de Dross. Dross es EL escritor. Es el creador de todo nuestro universo. Es un escritor caprichoso que inventa nuestras vidas, desgracias y futuro devenir. No se permite lujos como la piedad o la compasión, las historias felices y sin sufrimiento no venden libros. No le importamos una mierda.
 
Los textos de Tess apenas tienen lectores, su discurso demasiado belicoso y monótono no encuentra acogida en las ocupadas vidas de las personas. Se plantea cambiar el tono, incluso tomarse un tiempo para descansar. Llama a un compañero de aventuras y le propone unos días de desconexión en la montaña:
 
-         ¿Qué pasa canalla? Oye te llamaba para proponerte una escapada como las que solíamos hacer. Hace demasiado tiempo que no quedamos y… ¿sabes qué? Me estoy arrepintiendo, tengo demasiadas cosas en la cabeza, quiero terminar una historia que estoy escribiendo. Cambiamos la escapada por un ron, ¿te hace?
 
 Tess cuelga el teléfono y, con la mirada enredada en sus pensamientos distraídos coge un bolígrafo y garabatea lo primero que le pasa por la cabeza en un papel del escritorio:
 
¿Y si Dross fuese real? Es decir, ¿y si no fuese la metáfora que habíamos presentado en capítulos anteriores? Creo que Dross tiene realmente el control sobre nuestras vidas y acciones pasadas, presentes y futuras, él lee nuestros pensamientos e incluso puede que… ¿¡los defina!? Tess suelta una carcajada en alto, consciente de que se está tomando demasiado en serio su propia invención. Pero lo cierto es que esto explicaría la sensación que todos hemos tenido alguna vez, ese extraño sentimiento de contradicción entre algunas de nuestros sueños y las ideas que ejecutamos en consciencia. Sería un serio atentado contra el libre albedrío de todos nosotros.
 
El reloj del pasillo interrumpe su meditación, recordándole que llega tarde a la cita con su amigo. Bueno, no importa ya, le llamaré y me excusaré. Ahora no puedo irme. Además… ni siquiera tengo reloj en el pasillo, ¿de dónde ha salido ese sonido? ¿Estás intentando persuadirme? No me jodas Dross, ¿no tienes cojones para hablar cara a cara?
 
Tess está confundido, quizás sea demasiado ron por hoy. Se levanta del escritorio y se encamina hacia la puerta, mejor irse a dormir. Al levantarse se tambalea y la habitación parece dar vueltas. Que extraño, sólo recuerdo haber tomado una copa de ron. Definitivamente ha bebido demasiado. Se aferra al escritorio para no caer al suelo. Odia perder el control con el ron, porque le recuerda a los malos hábitos de su padre y no quiere acabar así… La relación con mi padre no era tan mala, en realidad no recuerdo un solo día en el que él y yo… Es necesario tomarse un instante, respira hondo, entorna los ojos para concentrarse y escribe una nota para recordarse a sí mismo: “No dejes que el alcohol te domine. Lucha por el control de tu propia vida y no dejes nunca que te manipulen”. Estaba pensando en que al igual que yo puedo perder el control sobre mi propia vida, si es que lo he tenido alguna vez, mi propio creador, el señor Dross, podría tener que rendir cuentas ante un escritor todopoderoso en su universo, Ulho. No sería justo ni ético permitir este sometimiento absoluto de la voluntad de las personas y dejar la vida de la humanidad en manos de un ser como Dross. Ulho debería velar por el bienestar de los personajes a cargo de Dross, incluso intervenir para coartar el maltrato de un déspota incontrolado.
 
Dross se siente exhausto y decide tomarse un descanso. Lleva demasiado tiempo con este proyecto y está empezando a perder el control sobre su propio personaje. Además, Tess no parece tener mucho sentido, no está bien creado y muestra graves carencias para ser un personaje coherente. Sin embargo, no todo el peso de la historia recae sobre Tess. La relación entre Tess y Qùa es el verdadero punto central de la historia de Dross. De hecho, los acontecimientos darán un giro inesperado cuando Qùa asuma el verdadero protagonismo de la historia, una vez haya acabado con Tess. Pero antes de eso conozcamos a Qùa, justo en el día en que conoció a Tess. 
 
El oficio de Qùa es el de escritora. Y como tal, inventa personajes, los sumerge en un universo propio y cuenta su historia. Qùa se prepara una taza de leche bien caliente y vierte en ella unas hojas de té negro, se sienta en su escritorio y comienza a escribir:
 
Queridos lectores, hoy toca hablar de literatura. Hay autores sensacionalistas y paranoicos que van a matar la literatura tal y como la conocemos. Hablo de Tess, un “escritor” pésimo que ha engañado a todos sus lectores.

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