miércoles, 25 de noviembre de 2015

Tú simplemente escribe

Aquella vieja letra que me instaba "tú simplemente vive, tú simplemente escribe" continúa golpeando el picaporte con su insistencia pidiéndome que describa ese caos sobre la mesa, esos ojos transparentes, esa personalidad que desdobla a la persona... Tú simplemente escribe ese relato que ideaste ayer noche. Tú simplemente escribe la historia de cada uno de esos habitantes. Tú simplemente escribe a las fieras que arañan tus tripas. Tú simplemente escribe sobre el asesino que se esconde en el cajón...
Pero ahora ha mudado su discurso y añade: Tú simplemente vive y olvida lo de escribir, "no te consumas en tu amor propio..." deja a los sabios que hagan lo suyo y tú, simplemente vive.



miércoles, 18 de noviembre de 2015

Conversaciones robadas (III)

· [En tono de discusión] 
  - ¡Que no hierve joder!
  - Cómo que no hierve, ¿nunca?
  - Hierve, pero tiene que estar...
  - ¡Horas! no te jode.
  - ¡Horas no! Pero el caramelo se hace en 7 minutos.

· - ¿Cómo se llama papa?
  - lalalalala
  - ¿Que cómo se llama papa?
  - ¡Papa!

· - ¡Me cago en el papel de fumar! [Por teléfono]

· - ¿A que doy mucho juego?
  - Mucho, contigo me volvería ludópata.
 
· [El siguiente extracto es, igual que los demás, un fragmento de conversación que he robado a una señora que viajaba en el mismo autobús que yo. Quiero enfatizar (creo que en este caso es necesario) que es totalmente verídico. He omitido las respuestas de la interlocutora porque carecen de interés para apreciar esta joya.]
- ¿Qué tal?
- Bien, la semana pasada estuve con catarro, pero me tomé una cosa que tengo y ya estoy como nueva... Son unas gotas, que le echas al agua y te cura todo... Es ilegal, pero porque es buenísimo y si esto sale para adelante, los antibióticos dejarían de usarse. Y claro, eso a las farmacéuticas no les conviene.
- ...
- Yo le llamo "el chute de lejía", porque es como lejía, pero para humanos claro. La clave está en que echas unas gotas al agua y esto mata todo, todo lo que tenga pH por encima de 7 o debajo de 6 el cuerpo humano no lo necesita, o por encima de 6 y debajo de 5, bueno da igual; el caso es que todo lo que esté fuera de eso lo borra: la malaria, los virus, la gripe, el cáncer... todo.
- ...
- Yo se lo dije a mi médico y me dijo que no tomase nada ilegal. ¡Pero si son peores los medicamentos de las farmacéuticas! A ver, un día empecé a sangrar de la nariz y me asusté, pero porque no controlaba las dosis. Bajé a urgencias y todo, pero que eso también te puede pasar con los antibióticos, ¿eh? Ahora ya lo tengo medido, claro es que es muy fuerte.
- ...
- Es tan bueno que a las farmacéuticas no les interesa. Es como siempre. En el siglo XIX hubo un médico, el doctor Cordero, que curaba el cáncer, aquí en España. Iban a verle y lo curaba. Y no quiso vender la medicina a las farmacéuticas ¡y se lo cargaron! Le echaron un coche encima. Y depués fueron a la viuda y le dijeron que les venía la receta y la hacían rica o iba correr el mismo pelo. Y eso es así, ¿eh? Que no me lo invento yo...




[Esta entrada es un Cajón con retales]

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Frío

Miguel regenta un bar en el barrio desde... desde toda la vida. El bar era de su padre y cuando Miguel contaba con dieciséis años comenzó a trabajar en él. Le ha dedicado toda la vida. Miguel tiene ahora cincuenta y un años y conoce a toda su parroquia.

Noviembre apura sus últimos días y las primeras heladas ya han dejado una capa de hielo en las calles. Este manto resbaladizo ya ha propiciado más de un susto a sus transeuntes. Es la historia de cada año: la castañera ha instalado su caseta y calienta manos y gaznate de los vecinos a dos euros la docena; el vendedor de lotería hace el Agosto en pleno invierno viendo acercarse la lotería de Navidad; los niños inician la peregrinación de cada mañana hacia el colegio, esa infinita fuente de sabiduría... y de aburrimiento para muchos de ellos. "Aprovechad y estudiad vosotros que podéis", les dice siempre Miguel. Él odiaba el colegio como el que más, pero recuerda con añoranza los tiempos en los que disfrutaba de sus amigos en el patio del colegio.

Son las nueve de la mañana y el bar apenas tiene movimiento: una pareja de peregrinos desayunan en una mesa en la esquina y Jose Luis, recién jubilado y viudo desde hace años, repasa el mentidero en la barra mientras da buena cuenta de su cortado. Alguien abre la puerta y una gélida bofetada de aire fresco entra junto a un hombre. Es un hombre adulto de semblante tímido, resulta complicado estimar su edad, pues parece pasar de los cincuenta, pero también se intuye que los castigos de su piel podrían mentirnos. Lleva un abrigo gordo muy viejo con las mangas destrozadas y un agujero en la espalda. Unos cuantes sin dedos y un sombrero improvisado con jirones de camisas viejas adornan la estampa. De los zapatos mejor no hablar, porque resulta difícil entender cómo alguien con esos zapatos no ha perdido los dedos de los pies en alguna congelación. Miguel lo reconoce al instante y le saluda efusivamente:

- Hola Julián, ¿Qué tal te va? ¿Qué vendes hoy?
- Buenos días Miguel, pues mira, hoy te vendo un saco lleno de frio...
- jajaja, es una gran oferta. No es nada fácil recolectar todo ese frío que traes. Está bien, te lo compro por un café con leche y unos churros, ¿qué te parece?

Julián aprieta los labios y asiente al tiempo que cierra los ojos. Es una mueca de agradecimiento, pero también de emoción. Julián conoce a Miguel y gracias a eso sabe que la bondad en el mundo todavía existe. Creer en las personas buenas es mucho más fácil teniendo un ejemplo delante de tus narices. En el interior de sus ojos, una lágrima aparece y recorre su alma haciéndole estremecer más que el propio desayuno que va a degustar.

- Muchas gracias Miguel, eres muy amable.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Nitidez

"Es como si todo lo que experimento en mi vida formase parte de un ruido de fondo,
una película difuminada que se desarrolla sin que le preste demasiado interés ni importancia.
Y sin embargo,
cada vez que te diriges a mi, percibo tu mensaje con una nitidez y una tangibilidad únicas.
Como si lo único importante de verdad, lo único que captase mi anteción
 fueses tú y tus estímulos."