miércoles, 24 de junio de 2015

Sobre el día y la noche

Hoy no quiero verte, me da pereza pensarte, no me apetece olerte, sentirte, hablarte, escribirte... Tu presencia en mi vida es sólo un lejano recuerdo difuminado (como esos sueños que terminan por mimetizarse en la amalgama de tus recuerdos debido a lo poco extraordinario de su naturaleza). Hoy no te echo de menos, mis manos no te buscan, mi cerebro ni siquiera siente las agujetas después de conversar con el tuyo. Estoy escribiendo sobre tí, sí, pero con la indiferencia propia de lo anodino y lo corriente. Hoy no tienes los ojos más bonitos que jamás he visto, hoy no me hace daño tu perfume, hoy sí se cómo no decirte lo que siento. Esta mañana la compartiré con mi viejo amigo Apolo, dejaré que me convide a unos rayos de luz con su agradable efecto amnésico, disfrutaré de unas horas de asepsia memorial... que ya llegarán las flechas de Artemisa para recordarme que sigues ahí, ya llegará la noche y volveré a sangrante, ya volveré a destilar tu esencia por cada poro de mi piel.

miércoles, 10 de junio de 2015

Buenos días

Te despiertas justo cuatro minutos antes que el despertador, sonríes y decides arroparlo para que no se despierte. Hoy le has ganado y no hace falta que empiece a cantar.
Te levantas, con pasos metódicos que tu cuerpo recuerda sin necesidad de que tengas que pensar en hacerlo, recorres el pasillo hasta la cocina. Preparas una cafetera, enciendes el fuego y te deslizas de nuevo por el pasillo hacia una ducha frugal pero determinante.
Sales justo a tiempo de apagar el fuego y retirar la cafetera, con el pelo a medio secar y la toalla por la cintura.
Te medio vistes, con el torso todavía desnudo. Estamos a primeros de Junio y el calor empieza a reclamar su protagonismo desde el punto de la mañana. Acudes a la cocina, a la cita que tienes con el café. Está especialmente atractivo esta mañana, le confiesas que es más interesantes al natural, que no necesita azúcar ni ningún edulcorante para lucir su potencial, su magia, su encanto...
Terminas el desayuno y dejas la taza en el fregadero para que la friegue otro... tu yo del futuro en concreto. Te pones la camisa, te sientas a la mesa de trabajo, enciendes el ordenador y comienzas a producir. "Buenos días", regalas una sonrisa adjunta con el saludo a tu yo frente al ordenador... y comienzas a teclear: "Te despiertas justo cuatro minutos antes que el despertador..."

miércoles, 3 de junio de 2015

Café

· Todavía sonrío al recordar aquel café con crêpes que tomamos en París.

·  "Estás especialmente atractivo esta mañana"  susurra acercándose la taza a los labios. "De hecho, eres más interesante al natural, no necesitas azúcar para lucir tu aroma, tu magia, tu encanto..."

· ... centrando la mirada en mi taza de café para decirte aquel primer "te quiero".

· Estaba tan nervioso aquella primera vez que tuviste que ser tú quien, con la calma que me habías robado momentáneamente, pidieses el café.

· ... y siempre trató de atrapar aquellos momentos de Café & Matemáticas coleccionando aquellas fotos.



[Esta entrada es un Cajón con retales]