miércoles, 10 de junio de 2015

Buenos días

Te despiertas justo cuatro minutos antes que el despertador, sonríes y decides arroparlo para que no se despierte. Hoy le has ganado y no hace falta que empiece a cantar.
Te levantas, con pasos metódicos que tu cuerpo recuerda sin necesidad de que tengas que pensar en hacerlo, recorres el pasillo hasta la cocina. Preparas una cafetera, enciendes el fuego y te deslizas de nuevo por el pasillo hacia una ducha frugal pero determinante.
Sales justo a tiempo de apagar el fuego y retirar la cafetera, con el pelo a medio secar y la toalla por la cintura.
Te medio vistes, con el torso todavía desnudo. Estamos a primeros de Junio y el calor empieza a reclamar su protagonismo desde el punto de la mañana. Acudes a la cocina, a la cita que tienes con el café. Está especialmente atractivo esta mañana, le confiesas que es más interesantes al natural, que no necesita azúcar ni ningún edulcorante para lucir su potencial, su magia, su encanto...
Terminas el desayuno y dejas la taza en el fregadero para que la friegue otro... tu yo del futuro en concreto. Te pones la camisa, te sientas a la mesa de trabajo, enciendes el ordenador y comienzas a producir. "Buenos días", regalas una sonrisa adjunta con el saludo a tu yo frente al ordenador... y comienzas a teclear: "Te despiertas justo cuatro minutos antes que el despertador..."

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