miércoles, 30 de noviembre de 2016

Correo electrónico

Estimados saludados,
Os recordamos que la reunión de departamento está planificada para el próximo día par a las once:03 AM/PM de la mañana. Los nuevos, traed croissants.

Sin embargo, y en otro costal con asuntos de distinta índole, sería necesario que Alguien estableciese las pautas necesarias para definir el rumbo en los próximos meses de la empresa. Por favor, hacedle llegar a Alguien vuestras propuestas. Recordad que su dirección es alguien.apellido@gmail.com y su teléfono ya os lo sabéis. Lo que me recuerda que hace unas semanas le dije que estaba mirando modelos de smartphones. A pesar de eso, él me aconsejó la última novedad de su marca favorita. Alguien no es Nadie, Nadie siempre ha sido muy de guardar celosamente su opinión. Aunque no compartíamos gustos, recuerdo que en una ocasión sí que compartimos una pala de playa. Un asunto interesante, hay que remontarse al verano del 94 para entender la situación. Pero no lo vamos ha hacer.

La formalidad, ese sí que es un tema interesante. Espero vuestra respuesta para la próxima primavera. La formalidad es un asunto, cuanto menos, curioso. Aunque pueda resultar tedioso para algunas personas, hay otras personas a las que les gusta el helado de café. No creo, sinceramente, que exista un conjunto no vacío de personas a las que les guste el helado de café y no les parezca interesante el tema de la formalidad.

Y sin más tela que rasgar, me presento formalmente para que todos podáis despediros como es debido.

Pues anda que,

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miércoles, 23 de noviembre de 2016

Vacío cuántico

Te voy a explicar cómo funciona esto: no puedes generar olvido. Creerás que sí, llenarás tus días de fútiles actividades e invertirás ingentes cantidades de esfuerzo en generar sacos de vacío, entregarás quinientas noches a la empresa de tratar de olvidar. Pero no puedes hacerlo. No es posible generar vacío, es así de simple.

Existe en Física un término llamado vacío cuántico. Los físicos que estudian este vacio han descubierto que en realidad está lleno de ondas electromagnéticas y diminutas partículas invisibles al ojo humano que viven en la frontera entre la existencia y la no existencia. Es como si viviesen en equilibrio entre dos mundos, el nuestro y otro inaccesible para nosotros. De manera que cuando esas partículas están en el más allá no podemos percibirlas y sólo nos queda el vacío. Sin embargo, cuando las mismas partículas saltan la frontera y entran en nuestro mundo, ese vacío se llena y destruye lo que creíamos inmutable. De hecho esas pequeñas partículas sólo necesitan energía para cruzar esa puerta interestelar y podrían aparecer en nuestro mundo formado diferentes agrupaciones, que nosotros percibiríamos como estados distintos. En pocas palabras, que donde ahora vemos vacío, podrían "aparecer" entes de diferente naturaleza.

Con todo esto sólo quiero explicarte, amor mío, que cuando desapareciste traté de sobrellevarlo como pude. Al plantearme cómo podría olvidarte consideré la estrategia de reemplazar el tiempo que ocupabas en mis pensamientos por otras ideas. Las tácticas eran variadas y graduales: tratar de inhibir tus apariciones por mis pensamientos, descubrir nuevas ideas demandantes de materia gris y tiempo de cálculo, aprender habilidades exigentes en cuanto a concentración... En definitiva, tratar de modificar mi cerebro para que el laberinto de neuronas de mi sistema nervioso, que no tenía secretos para tus recuerdos, se tornase complicado y extraño cuando tratases de recorrerlo. Pasé años dedicado a esta tarea, a tiempo casi completo los primeros días, relegando esta actividad a las noches con el paso de los meses. Es curioso, cuando un buen día me crucé con una clara referencia a tu persona y descubrí que no dolía, que llevaba tiempo sin ti en la cabeza, cuando me costaba incluso recuperar algún dato concreto, detalles en particular... entones pensé que iba por buen camino, que lo estaba consiguiendo, que estaba olvidando. Como te digo, he aprendido a escuchar tu nombre sin imaginarte, a caminar por las noches que fuesen nuestras sin anhelarte, he aprendido a recorrer recuerdos sin nostalgia, a escuchar tus canciones sin cantarlas. He llegado a creerme exitoso.

Esta mañana, mientras me cepillaba los dientes con la mirada perdida en el bote de champú, sin saber muy bien por dónde has venido, has aparecido en mis pensamientos. Ha sido una aparición cordial, has sonreído de forma inocente y saludado sin ninguna pretensión aparente. Mentiría si dijese que me has molestado o incomodado en forma alguna, ha sido agradable saludarte. He continuado lavándome los dientes, al terminar me he aclarado la boca con agua fría y sin vacilar ni por un instante he procedido a poner de nuevo dentífrico en mi cepillo de dientes para empezar de nuevo. Esta mañana el dentífrico me sabía a ti y no quería despedirme de esa sensación. He pasado el resto del día como cualquier otro, sin que aparecieses por mi cabeza. Ni siquiera he recordado nuestra cita de la mañana. Pero al meterme a la cama para dormir, en una de las pocas vueltas que he aprendido a dar durante mis duermevelas, has irrumpido en mis pensamientos. Esta vez has sido más directa, menos políticamente correcta, más atractiva. He recordado tus dos enormes ojos negros, preciosos. He comprendido eso que dicen de que el color negro es así porque absorbe todos los colores y no refleja ninguno. Las imágenes de mis pensamientos se han quedado en blanco y negro y toda la energía de mi mundo ha vuelto a quedar inscrita en tus ojos. Esos preciosos ojos, los dos únicos ojos del universo.

Estaba equivocado, durante todos estos años no he conseguido olvidarte ni un instante, siempre has estado ahí. Ni si quiera soy capaz de no transportarme a otro mundo cada vez que percibo tu perfume, que sigo recordando a la perfección. Donde yo creía haber construido un enorme solar de vacío, sembrando surco a surco durante todo este tiempo semillas de nada, han aparecido de pronto todos esos pensamientos que conforman la idea que tengo de ti. Has aparecido tú. ¿Serás ese conjunto de ondas electromagnéticas y minúsculas ondas que conforman el vacío de mi universo? No conozco los términos cuánticos que te definen, pero te aseguro que si existieses en mil universos paralelos, te conociese en mil vidas distintas y tuviese mil intentos de olvidarte, fracasaría en todos y cada uno de ellos.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Reto intelectual

- Escúchame con atención porque quiero plantearte un reto intelectual. Se trata de una situación a la que tendrás que enfrentarte con tu ingenio como única arma, quizás algo de experiencia te sirva de ayuda. Yo te daré algunos datos con los que podrás trabajar, pero a partir de ahí, una vez estés en el punto de salida, tendrás que ser tú mismo quien recorra el camino de forma solitaria. ¿Estás listo? Bien, la situación es la siguiente: Te encuentras en tu habitación como cada mañana, tras sonar el despertador a la misma hora que siempre lo apagas y te incorporas para levantarte. Miras hacia tus pies para calzarte pero compruebas que... ¡ya tienes las zapatillas puestas! Y no sólo eso, además son las zapatillas con las que sales a la calle, ¡tus zapatillas de siempre!
- ¿Y cuál es el reto?
- Te acabas de despestar y todo es aparentemente normal, la habitación es igual, tus objetos están en el mismo sitio de siempre, llevas puesto el pijama... pero tus zapatillas preferidas están en tus pies. Sin ninguna explicación aparente
- Pero, ¿esto es un reto?
- Cuando te metiste a la cama anoche no las llevabas puestas
- Me las habré puesto dormido
- ¿Eres sonámbulo?
- Que yo sepa no
- Imposible que te las hayas puesto tú entonces. ¡Pero tienes puestas las zapatillas! Te acabas de despertar y al bajar la mirada te has dado cuenta
- Esto no tiene sentido
- Aparentemente no, y ahí está el reto. ¿Cómo es posible?
- Me refiero a que ¿cómo voy a tener puestas las zapatillas recién despertado? A lo mejor sigo dormido y lo estoy soñando
- Estás despierto, créeme. Algo desconcertado pero despierto. Además, yo también las veo. Llevas puestas las zapatillas
- Pero, ¿ahora? Claro que las llevo puestas, ¿ese es el truco? ¿Estás hablado de ahora?
- Te he dicho que acabas de despertar a la misma hora de siempre
- Pero yo no me acabo de despertar
- Ni estás en tu habitación como cada mañana..
- No
- ¿Cómo es posible?
- He venido en autobús
- ¿Con las zapatillas puestas?
- Claro
- Las mismas zapatillas que llevabas puestas cuando te has despertado esta mañana. ¿No es fascinante este reto?
- Mira, no entiendo lo que dices. La situación que planteas no tiene ni pies ni cabeza
- Sí que tiene pies, ocultos por las zapatillas. Y la cabeza se la tienes que poner tú, resolviendo el misterio
- Pero, ¿qué misterio? Me levanto y llevo puestas las zapatillas. Punto
- No he dicho que las llevases puestas tras levantarte sino que las ves cuando te incorporas sobre la cama. Hasta donde sabemos, ni siquiera podemos asegurar que las llevases mientras dormías en la cama pero sí que las has visto al mirar hacia tus pies tras sentarte en la cama.
- Me da igual, no veo el misterio por ningún lado
- ¿Acaso suele sucederte esto cada mañana?
- ¡Claro que no! Me despierto descalzo y me pongo las zapatillas de casa, como todo hijo de vecino
- He aquí el misterio. Un suculento reto intelectual capaz de alimentar tu mente
- Mira, no me interesa tu reto ni esta conversación de sinsentidos. No estamos avanzando hacia ningún lado
- ¿Tú crees? Desde el comienzo de la conversación hemos definido la situación, descartado varias hipótesis y trabajado juntos analizando los detalles. ¡Estamos avanzando!
- Hombre visto así... Pero es una conversación de besugos, ¿no crees?
- A mí me parece de lo más fascinante, pero si lo prefieres podemos hablar de otra cosa
- ¿Y te olvidarías del reto?
- ¿Ves como no puedes dejarlo? Los retos son contagiosos y persistentes, ¡igual que los virus! Una vez se instalan en tu cerebro sólo hay una forma de desalojarlos
- ¿Resolviéndolos?
- A veces ni siquiera eso es suficiente. He conocido a personas tan fascinadas por un reto que le han acompañado mucho después de haberlo resuelto
- Supogo que lo que no te mata te hace más fuerte
- Así es, y un buen reto puede regalarte enseñanzas que van mucho más allá de un simple entretenimiento
- Sí, pero este reto en particular... ¿qué puede aportar?
- Eso lo sabremos al desentrañar el misterio
- Tendremos que esperar entonces