miércoles, 24 de febrero de 2016

15 de septiembre de 2016


"Quince de septiembre de dos mil dieciséis..." Alambico esa fecha que merodea por mi cabeza analizándola una y otra vez. Hace un puñado de minutos que me he despertado y me encuentro en mi cocina, desayunando antes de ir a trabajar. No deben de ser más de las cinco treinta de la mañana pero yo me hallo absorto en ese pensamiento: "quince de septiembre de dos mil dieciséis". Para la mayoría de las personas problablemente solo sea una fecha más, un día en sus vidas, un día del futuro o un día del pasado, pero solo un día más de todos con los que cuenta la historia de la humanidad. Para otros muchos sin embargo será una fecha especial por diferentes motivos, su cumpleaños, el cumpleaños de una persona especial, el aniversario de algo importante, el día de nacimiento de una tradición, el día final de algo o alguien... El quince de septiembre de dos mil dieciséis será una fecha más, una fecha muy especial, un día marcado en el calendario y en los corazones de mucha gente y también un ente perdido entre la retahíla infinita de lapsos temporales. Será una fecha resaltada en estas líneas, en cualquier caso... Quince de septiembre de dos mil dieciséis, 15/09/2016, es la fecha de caducidad estampada en la caja de mis cereales.

miércoles, 17 de febrero de 2016

Gigantes

Hallándome yo en una incursión por tierras desconocidas, aunque con un rumbo bien marcado divisé algo cotidiano en la vida de aquellos que lo protagonizaban pero sin embargo ciertamente inusual para mi experiencia.
No sabría explicar con exactitud la tremenda escena ni lo que ésta profirió a mi experiencia. No obstante, trataré de hacer una narración organoléptica con el único propósito de traducir al papel lo que mis sentidos percibieron.
Se trataba de uno de esos gigantes que habitan en nuestras llanuras, en las llanuras que conforman mis tierras y también las tierras en las que tenía lugar mi acometido de aquel día. Son, en general, gigantes pacíficos con los que los mortales vecinos de esos lugares han aprendido a convivir. La relación entre ambos es de recíproco respeto y ambas partes se procuran cuidados entre sí. La escena en cuestión era la de uno de esos gigantes lesionado, con un brazo destrozado por algún que otro devenir que no logro a imaginar, impedido para desarrollar sus funciones habituales y visiblemente dañado. Junto a este gigante (que yacía aún en pie, rodeado de la indiferencia de sus semejantes, aunque no quiero juzgar la moral de nadie) se encontraba un grupo de vecinos que, pese a contar con menos de la mitad de la mitad de la estatura del gigante, colaboraban para ayudar al mismo. Habían establecido una pequeña base de operaciones y se afanaban en recomponer el destrozado brazo de nuestro amigo. Ahí estaban ellos, seres casi insignificantes y perfectamente ignorables, ayudando a la recuperación de una de sus extremidades a unos de esos imperturbables e indiferentes gigantes.
No pude evitar recordar a mi amigo Alonso y su experiencia con los gigantes hace ya cuatrocientos años y pensar que en el fondo... no soy tan distinto a él.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Somos lo que escribimos

Somos lo que escribimos y este texto está condenado a morir. Soy café y pensamientos; soy ese anhelo sin esperanza, desesperado; soy amor ahogado y rabia despotricada; soy ansiada ambición de un ayer desprovisto, de un mañana fugaz; soy un amasijo de palabras, enredadas en tu pelo; soy tú, y a veces, soy yo; pero ante todo soy lo que no fui, soy lo que me gustaría ser, soy palabrería barata... soy por no dejar de ser. Somos lo que escribimos y por no dejar de ser, soy hasta lo que jamás llegué a escribir.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Conversaciones robadas (IV)

· "Con la harina de cebada los nutricionistas alucinan, tiene propiedades antioxidantes, tiene [...] Vamos, que cuando trabajan con harina de cebada no saben si ven o sueñan".

· [En una entrevista en la radio.]
  - Pero dinos, ¿qué opinas tú sobre este grupo de música? La gente quiere saber...
  - ¡La gente lo que quiere es wifi!

· - Tengo ganas de gritar
  - ¿Por qué?
  - Porque me aburro
  - Pues te desaburres
  - ¿Me quieres?
  - Sí, yo siempre que te portas bien, te quiero.
  - Tengo ganas de gritar
  - ¿Por qué?
  - Porque me aburro
  - Mira, el que está contento no tiene dolores y el que está triste le duele todo
  - Pues yo estoy triste
  - ¡Pues ríete más!

· [Por teléfono]
  - Porque me ha dicho el conductor que vomitando no podía estar dentro del autobús y...

· [En la biblioteca, una madre explicando a su hijo pequeño]
  - Había que haber devuelto los libros la semana pasada y entonces nos han castigado un poco, porque no me había dado cuenta de que el día...



[Esta entrada es un Cajón con retales]