miércoles, 18 de noviembre de 2015

Conversaciones robadas (III)

· [En tono de discusión] 
  - ¡Que no hierve joder!
  - Cómo que no hierve, ¿nunca?
  - Hierve, pero tiene que estar...
  - ¡Horas! no te jode.
  - ¡Horas no! Pero el caramelo se hace en 7 minutos.

· - ¿Cómo se llama papa?
  - lalalalala
  - ¿Que cómo se llama papa?
  - ¡Papa!

· - ¡Me cago en el papel de fumar! [Por teléfono]

· - ¿A que doy mucho juego?
  - Mucho, contigo me volvería ludópata.
 
· [El siguiente extracto es, igual que los demás, un fragmento de conversación que he robado a una señora que viajaba en el mismo autobús que yo. Quiero enfatizar (creo que en este caso es necesario) que es totalmente verídico. He omitido las respuestas de la interlocutora porque carecen de interés para apreciar esta joya.]
- ¿Qué tal?
- Bien, la semana pasada estuve con catarro, pero me tomé una cosa que tengo y ya estoy como nueva... Son unas gotas, que le echas al agua y te cura todo... Es ilegal, pero porque es buenísimo y si esto sale para adelante, los antibióticos dejarían de usarse. Y claro, eso a las farmacéuticas no les conviene.
- ...
- Yo le llamo "el chute de lejía", porque es como lejía, pero para humanos claro. La clave está en que echas unas gotas al agua y esto mata todo, todo lo que tenga pH por encima de 7 o debajo de 6 el cuerpo humano no lo necesita, o por encima de 6 y debajo de 5, bueno da igual; el caso es que todo lo que esté fuera de eso lo borra: la malaria, los virus, la gripe, el cáncer... todo.
- ...
- Yo se lo dije a mi médico y me dijo que no tomase nada ilegal. ¡Pero si son peores los medicamentos de las farmacéuticas! A ver, un día empecé a sangrar de la nariz y me asusté, pero porque no controlaba las dosis. Bajé a urgencias y todo, pero que eso también te puede pasar con los antibióticos, ¿eh? Ahora ya lo tengo medido, claro es que es muy fuerte.
- ...
- Es tan bueno que a las farmacéuticas no les interesa. Es como siempre. En el siglo XIX hubo un médico, el doctor Cordero, que curaba el cáncer, aquí en España. Iban a verle y lo curaba. Y no quiso vender la medicina a las farmacéuticas ¡y se lo cargaron! Le echaron un coche encima. Y depués fueron a la viuda y le dijeron que les venía la receta y la hacían rica o iba correr el mismo pelo. Y eso es así, ¿eh? Que no me lo invento yo...




[Esta entrada es un Cajón con retales]

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