Aquel que no es dueño de su cuerpo, que se dedica de sol a sol a hacer más rico a su "amo"; aquel que jamás alza la mirada ni la voz ante el sistema que le oprime; aquel que acata servicialmente todas las órdenes, por carentes de pragmatismo que éstas sean... aquel que reserva todo su potencial y creatividad para, por la noche, condensarlos en una gota de tinta, pintura o nota musical; aquel que con tan sólo un gesto es capaz de exprear lo inefable, de arañar tus entrañas, de estrujar tu corazón y secarte los lacrimales, de robarte el aliento y dibujarte una sonrisa en lo más profundo de tu pecho. Aquel que con un golpe despreocupado de su muñeca es capaz de dar color a una vida entera y hacer inmortal al más cotidiano gesto.
Dime, aquel artista... ¿es esclavo o dueño del mundo?
...gran pregunta...esclavo y dueño a la vez...según el sol, según el café, según su reflejo esa mañana, según lo decida
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