miércoles, 23 de marzo de 2016

Tuve que quedarme callado mientras mi alma despotricada arremetía contra mi corazón, haciendo que los golpes retumbasen desde mi pecho por todo el cuerpo. Tuve que quedarme callado...

... porque no hay nada en ella que no me haga hervir la sangre. No hay un sólo átomo de su cuerpo, ni un resquicio de su alma que no me vuelvan loco. No hay nada en ella de lo que no esté locamente enamorado. No hay ni un gramo de ella que no inspire estas líneas. No hay nada en ella que no lo sea todo.

1 comentario:

¡La interacción mola! Dime qué te ha parecido esta entrada.