miércoles, 16 de diciembre de 2015

1de5: Las manos

Él era un artesano, de los no suficientes que quedaban. Ahora falta uno para que no queden los suficientes.
Cuando sus manos acariciaban la piedra o la madera avergonzaban al más acérrimo de los románticos. La cadencia de sus movimientos al deslizarse entre su obra destrozaban, por comparación, cualquier belleza aparente de un trabajante de la música. Las herramientas ascendían a instrumentos en sus manos. Aquel par conformaba un condensador de ideas, un tangibilizador de sueños, un constructor de piezas maravillosas. Obras maravillosas por su sencillez, la perfección desnuda expuesta ante tus ojos. Esas manos conocían el oficio de bailar con la naturaleza y con las materias primas que de ella se pueden extraer y fueron capaces de engendrar una preciosa solución tras otra. Arte artesano. Artesano artista. Admirables manos.

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