miércoles, 15 de abril de 2015

Tinta en los pulmones

Empieza en cada uno de los ínfimos capilares que hay en tus manos. Una sustancia oscura casi negra, procedente de los músculos, se filtra a través de las paredes de los vasos y ensucia tu sangre. Recorre un largo camino a través de las venas, deslizándose por todo tu cuerpo sin llegar a infectar ningún órgano a pesar de la asquerosa apariencia de la sustancia. Mezclada con la sangre, forma una especie de chapapote que arrastra toda la suciedad por el torrente sanguíneo. Se precipita hacia tu pecho apoderándose cada vez más de la situación, aumentanto el porcentaje de concentración en sangre; cada vez más oscuro, cada vez más espeso, cada vez más corrupto... Todo tu cuerpo expide hacia adentro esa tóxica sustancia que rechaza y necesita desterrar. La negra marea llega tus pulmones, se filtra por los alveolos y se adhiere fuertemente, aferrándose, a las paredes de tus pulmones, que empiezan a exudar una viscosa y sucia esencia. El interior de tus pulmones acumula líquido hasta que, de manera instintiva, toses para intentar expulsarlo. Intentas no ahogarte, tu cuerpo trata de sobrevivir esputando fuertemente una y otra vez. Hace lo necesario para no sucumbir ante el mal... por necesidad, no por placer ni conveniencia. Por necesidad.

¿Que por qué escribo? No es porque sepa hacerlo ni porque me guste la sensación; no es por gusto ni lo hago cuando me apetece... Escribo porque, de manera instintiva, mi alma trata de no ahogarse. No elijo el momento, el lugar, ni el modo de hacerlo, simplemente "sale ardiendo de mi". Ya lo digo Charles, si no es así... "no lo hagas".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡La interacción mola! Dime qué te ha parecido esta entrada.