miércoles, 29 de abril de 2015

La bellota que valía un Nobel

Tengo la enorme suerte de compartir inquietudes y de investigar con una persona muy peculiar. Describiré mi modo de interactuar con él mediante una metáfora que creo describe a la perfección el proceso.
--
Parte de mi trabajo (y confieso que mi pasión) es estudiar la flora. De modo que de vez en cuando me pongo el traje de campo, las botas y salgo al bosque en busca de cosas interesantes. Si tengo suerte, hayándome yo oteando el horizonte con mis prismáticos, logro diferenciar en lontananza un ente que atrapa mi atención. Es entonces cuando, emocionado por mi descubrimiento trato de hacer un esbozo del ente observado y garabatear algunas características que me parece que lo describen y diferencian del resto. Con esta información suelo ir a hablar con mi colega, experto en la materia, le muestro lo que he encontrado y le pido su opinión. Él siempre muestra un interés impoluto y escucha con atención mis atropelladas descripciones:
    - Lo que he visto es una especie de objeto, flotando en el aire, tiene forma ondulada... es como verde pardoso, pero según se mire puede ser marrón... El caso es que tiene una forma interesante...
Él se dedica a descifrar lo que le estoy contando y sentencia:
    - Eso de lo que hablas es una hoja.
    - ¿Una hoja? ¿Así que ya tiene nombre?
    - Sí, es una hoja, y pertenece a un árbol de más de dos siglos... Tienes el árbol justo detrás tuyo, cuidado no te tropieces con sus enormes raíces.
    - (¿Y este árbol? ¿De dónde narices ha salido? ¡Cómo es posible que no lo haya visto!) -- pienso desconcertado.
    - La hoja de la que me hablas está bien, tiene una forma bonita y curiosa, pero lo que creo que es realmente interesante es lo que tiene debajo... parece como si hubiese un fruto escondido...
    - (En serio, ¿este árbol ha estado aquí todo el tiempo? ¿Pero cómo puede vislumbrar ningún fruto con lo lejos que está?) -- continúa mi desconcierto.
Nuestra primera reunión suele terminar en este punto y el siguiente encuentro no se hace demorar demasiado:
    - He estado pensando en el fruto del que hablamos ayer, ahora lo veo claro: la hoja es de roble, he recordado un libro en el que hablan de este árbol. Y hace unos años dos investigadores, canadiense uno y estadounidense el otro, escribieron un trabajo sobre una enorme rama de ese roble, nuestra hoja pertenece a ESA rama. He estado pensando en ello y creo que efectivamente debajo de la rama hay una bellota de la que no se ha hablado, pienso que podemos centrarnos en estudiarla...
    - ¡Esta rama la conozco! Leí el trabajo de los investigadores, pero no había caído en que podría estar relacionada con nuestra hoja.
    - Sí, vamos a seguir estudiando la bellota, creo que podría ser interesante, has tenido una buena idea.
    - (¿Una buena idea? Si todavía estoy sorprendido por el árbol...)
--

Un buen día, durante una reunión de curiosos, le comenté a mi colega que había visto una especie de objeto flotando en el aire... (ya sabéis). Se siguió el protocolo habitual de nuestros encuentros y dejamos la conversación en espera, en una parte latente de nuestro cerebro, pero seguimos con nuestras ocupaciones habituales durante un par de semanas.
Pasado ese tiempo, me llamó y me comentó que la bellota que había intuído en esta ocasión era realmente interesante y que, de hecho, le había valido el Premio Nobel de Economía a un tipo ruso en el 1973... Me explicó, de un plumazo y como si fuese algo con lo que estaba familiarizado desde siempre, la esencia de la idea que había valido el Premio Nobel, me dijo que la teoría desarrollada alrededor de la bellota por el tipo ruso sigue utilizándose actualmente para estudiar la economía de los países... y continuó regalándome más detalles técnicos durante un buen rato para terminar enlazando con la siguiente frase, que es el comienzo de otra historía que os contaré en otra ocasión: "Como ya se sabe bastante sobre esta bellota, volvamos al estudio de la hoja que me mencionaste, porque he visto que...".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡La interacción mola! Dime qué te ha parecido esta entrada.