· Sólo quiero saber que viví sin herirte,
sólo quiero vivir sin saber que te perdí.
· Me encantaría tenerte delante esta misma noche, en este preciso instante, para mirarte a los ojos y decirte... y decirte nada; sólo para mirar cómo tus ojos miran a los míos. Para eso me gustaría tenerte delante esta misma noche.
· Y me di cuenta de que no importa lo que hagas antes de dormir, no importa si piensas en mil cosas o si simplemente te das la vuelta y cierras los ojos; el mundo no necesita que soluciones sus problemas. Al final, el sol saldrá a la mañana siguiente de todas formas.
· Me gusta pensar que la distancia a la que está la luna es, exactamente, la mitad de la distancia entre mis ojos y los tuyos. Porque la distancia entre dos miradas es una función que sólo está definida si esas miradas se cruzan...
[Esta entrada es un Cajón con retales]
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