Me incorporé a la realidad tras horas de meditación. Había estado tanto tiempo distraído en mis
pensamientos que cuando mi cerebro bajó al mundo terrenal, descubrí que la taza de café se había volcado sobre los papeles que
había en la mesa y estaban empapados. ¿Cuánto tiempo llevarían así? Sinceramente,
no tengo la menor idea. Podría haber sido un cigarrillo y haber salido de mi
ensimismamiento en medio de un incendio. Hubiese sido igual de posible... Es una
suerte que no fume.
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